Los programas de computadora están cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, desde automóviles hasta teléfonos inteligentes y objetos conectados, entre otros lugares. El hardware técnico es en sí mismo programable; por ejemplo, una computadora puede configurar otra, o un programa puede probar y analizar otro software. Para hacer frente a estos desafíos técnicos, se está alcanzando gradualmente un consenso. A medida que la gestión de proyectos ha madurado, el paradigma de objetos se ha convertido en la norma, junto con el uso de plataformas de software con funciones ahora estándar. Además, dado que los datos han crecido mucho más rápido que el poder de cómputo, la programación distribuida es cada vez más necesaria. Por otro lado, elegir un idioma sigue siendo difícil y debe tener en cuenta numerosos criterios, incluido el tamaño de las bibliotecas, cuán activa es la comunidad, la estrategia del editor, la calidad de la documentación y los derechos de los usuarios. A pesar de la mejora continua de las herramientas y métodos de desarrollo, la necesidad del mercado de desarrolladores bien capacitados es muy alta. Su escasez persiste, debido a que la demanda es cada vez más grande y más técnica.