Las empresas ya no pueden quedarse quietas cuando se trata de tecnologías web, ya sea para su propio sitio público o para sus aplicaciones comerciales. Para abordar estas necesidades, las soluciones y arquitecturas han estado en constante evolución. Los avances en los marcos de JavaScript han hecho posible mejorar la productividad de los desarrolladores para crear interfaces de usuario (en el front-end) que sean ergonómicas, accesibles y neutrales para el dispositivo. El desarrollo de back-end ya no se limita a buscar información en una base de datos, sino que se integra en arquitecturas orientadas a servicios, incluso en la nube, para responder a las consultas de front-end. El aumento de los datos disponibles en la web y la creciente interactividad del usuario, representada en los chatbots, también han dado lugar a la aparición de nuevos servicios de apoyo a la toma de decisiones y nuevas tecnologías como el aprendizaje automático. Finalmente, el alojamiento de estas aplicaciones requiere servidores configurados de manera óptima para abordar el crecimiento del tráfico de datos y la creciente necesidad de tiempo de actividad y seguridad.